Más de 3.500 productos de la cesta de la compra, como los derivados cárnicos, los lácteos, la bollería industrial y los aperitivos, tendrán que reducir los azúcares, las grasas y la sal que contienen en un 10% en los siguientes tres años para favorecer la salud de la población y la prevención de las enfermedades.
Esta medida es la que se incluye en el Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas 2017-2020, que ha sido promovido por el Ministerio de Sanidad.
Dichos productos son de consumo bastante habitual entre los niños, jóvenes y familias. Deberán reducir las cantidades de azúcar, grasas y sal, que bajarán desde el 18% hasta el 5%. A esta medida ya se han comprometido los sectores de fabricación, distribución, catering, restauración y vending.
Los alimentos que deberán reducir la cantidad de estas tres sustancias son los aperitivos salados, las bebidas refrescantes, la bollería y pastelería, los cereales infantiles y chocolateados, néctares de frutas, cremas, galletas, derivados cárnicos, productos lácteos, patos preparados, panes especiales envasados y las salsas, según el informe de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB).
Esta iniciativa ha sido firmada por 20 asociaciones de los sectores de la fabricación, distribución, restauración moderna y social y distribución automática y 511 empresas.
Medidas para mejorar la alimentación
El objetivo es reducir el 10% del azúcar, sal y grasas antes del 2020, pero además, también se pretende asegurar que las reducciones no lleven a un aumento del contenido calórico. Se quire aumentar la variedad de comida saludable fuera del hogar, a través de la restauración social, moderna y los dispensadores automáticos.
También lo que pretende la iniciativa es el apoyo y el fomento a la investigación y el desarrollo de productos que conformen una dieta con menos azúcares añadidos, sal, grasas saturadas y trans y calorías. Además, impulsar las buenas prácticas para la implementación efectiva de medidas que ayuden a mejorar el conjunto de la dieta de toda la población, desde los más jóvenes hasta los más mayores; cambiar la cesta de la compra de las familias con productos mejorados para alcanzar dietas más equilibradas y consumos razonables; favorecer la coordinación de estas medidas con las distintas administraciones; y por último, contribuir a mejorar el nivel europeo y la recopilación de datos que impulse estas iniciativas y su seguimiento.
“Se trata de una de las acciones más relevantes que hemos llevado a cabo desde el Ministerio. Es un plan que marca un antes y después porque vamos a mejorar la salud de la población y a propiciar una transformación social y empresarial ya que las empresas van a trabajar para hacer productos más saludables manteniendo la seguridad, sabor y textura”, así ha declarado la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, para dejar claro que es el principio de un gran cambio en la salud de la población y de las próximas generaciones.
La sustitución de los nuevos productos o los mejorados se irá incorporanto en los comercios a medida que se reemplacen las existencias.